Homeopatía informática

Así es como deberían llamarse los conocidos programas «Antivirus», ya que su única misión es actuar de placebo para que el usuario se sienta protegido.

Desde hace muchos años, más de 15, yo no uso ningún programa Antivirus. Cierto es que mi siguiente paso fue usar otros sistemas operativos diferentes a la mayoría, pero eso es otra historia.

Mientras estudiaba la carrera de Informática, me di cuenta de que el Antivirus consumía los recursos de mi máquina haciendola realmente lenta y pesada. Pero en aquellos momentos, iluso de mí, pensaba que me protegía. Con el paso de los años me fuí percatando que únicamente me protegía de los virus ya conocidos: al tratarse de un negocio lucrativo, la creación de nuevos malware siempre irá por delante de sus respectivos antídotos. Incluso a veces también se dan casos en los que el propio antivirus se convierte en el peor virus.

Hablando con expertos en seguridad mis sospechas se volvieron cristalinas, incluso la palabra placebo salía contínuamente en la conversación.

Como decía, la generación de troyanos, backdoors y demás malware es un negocio muy lucrativo y por tanto difícil de solucionar, más aún si pensamos que el negocio de los antivirus tampoco se queda atrás.

Hoy me tocó instalar el PC nuevo de un cliente y el antivirus decidió unilateralmente dejarnos sin acceso a Internet; aunque lo deshabilitara, el bloqueo continuaba. La decisión fué drástica: desinstalé el antivirus y el ordenador prácticamente duplicó su velocidad y se acabaron los problemas.

Por todo ello, mi recomendación es la siguiente: el mejor antivirus es el sentido común. Evita instalar o ejecutar aplicaciones de dudoso origen, cuidado con lo que envían en los correos  e instala software original o en su defecto opensource, pero cuidado con el freeware que suele traer algunos regalos como éste que infectó a un cliente que tenía un antivirus actualizado…